¡Ay! Pero, seguramente las agujas de acupuntura hacen daño, ¿no?


¡Todos tenemos miedo a las agujas!
Aclarémoslo desde el principio. ¡Todos tenemos miedo a las agujas! Es perfectamente natural.

En vista de ello, hay algo instintivamente equivocado al saber que nos van a pinchar con piezas finas de metal en la piel, y no hace falta ser un genio para darse cuenta lo siguiente:

Agujas + piel = picor, dolor intenso.

La evolución humana nos ha enseñado que si algo tiene un borde puntiagudo, va a doler y, por lo tanto, debe evitarse a toda costa.

Cuando pienso en agujas pienso en los análisis de sangre. Inyecciones. Anestésico. Perforación de oído. Vacunación infantil. Filas de especímenes de mariposas ensartadas en el Museo de Historia Natural. Sangre. Siempre sangre. Desde la gota redonda y brillante ahogada en una bola de algodón hasta la salida a chorros como un cañería de agua estallada. No, espera. Eso fue de una película de samuráis. Pero espero que entiendas a lo que me refiero (sin doble sentido).

Para mí la odontología tiene mucho que responder, en este miedo colectivo a las agujas.
La odontología tiene mucho que responder
Cuando era niño, nunca creí en mi dentista ni por un segundo cuando él me aseguró que la sensación que yo sentiría de la aguja que él había escondido cuidadosamente para que no estuviera al alcance de mi vista sería "sólo un pinchacito". Sí claro. A un "pinchacito" de precede algo que se llama "picor" y se alivia con algo que se llama una "uña", no por tubo largo escandalosamente lleno de una sustancia química. Piense de nuevo, señor dentista.

Si no fuera por la estupenda piruleta que me dio después (estamos hablando de la década de los 70), toda mi confianza habría desaparecido en lágrimas de dolor. Salvo la piruleta. Toda brillante y redonda. Fue un lavado de cerebro azucarado que me hizo olvidar las mentiras y aseguré que volvería en unos meses aún con más caries.

Si usted piensa que es de alguna manera único en su miedo a las agujas, se equivoca. Hay una dolencia llamada “Belonefobia”, que está causada por el miedo a las agujas, y también la “Tripanofobia”, por la que la persona tiene un miedo extremo, incontrolable e irracional de cualquier procedimiento médico que requiera el uso de inyecciones o agujas hipodérmicas. También hay una dolencia llamada "Aicmofobia", que es el miedo patológico causado por un contacto, vista, etc a las agujas u objetos punzocortantes. El nombre común de estas tres dolencias, sin embargo, es ‘fobia a las agujas’ y se supone que nada más y nada menos que el 10% de las personas tienen alguna forma de síntomas de fobia a las agujas.

En casos extremos esta fobia da lugar a graves afecciones médicas, debido a la disminución repentina de la presión arterial, pero, para la mayoría de la gente significaría que sufre de síntomas tales como dificultad para respirar, sudoración excesiva, náuseas, sequedad de boca, temblores, palpitaciones, dificultad para pensar con claridad, miedo a morir, volverse loco o perder el control, sensación de alejamiento de la realidad y ansiedad severa.

Mi punto aquí no es negar que las agujas con las que han crecido han sido desagradables y han herido, sino aclarar que las agujas que se usan en la acupuntura y las agujas que usted probablemente imagina se utilizan en la acupuntura son de hecho muy diferentes. Déjeme repetírselo... MUY DIFERENTES.

He mencionado antes que como a la mayoría de la gente, a mí no me gusta la inserción de agujas grandes en mi piel a causa del dolor y la posterior sangre. De hecho, no me gusta nada de toda esta experiencia clínica/hospitalaria, desde entrar por la puerta delantera hasta tener que sujetarme el algodón en el codo a la salida. Estoy sano y creo que en mi sano juicio. Así créame ahora cuando digo que las agujas de acupuntura rara vez producen dolor, y rara vez hacen que sangre después.

Para la mayoría de las personas, la acupuntura es un tratamiento indoloro durante la mayor parte del tiempo. Nótese que he dicho “la mayoría de la gente” y “la mayor parte del tiempo” puesto que, por supuesto, hay excepciones. Vamos a ser realistas acerca de esto. Una afección aguda, unos músculos severamente tensos, puntos sensibles,... Hay muchas razones por las que podría ser doloroso, pero en la práctica clínica estos muchos motivos son relativamente poco comunes.

Entonces, ¿en qué se diferencian las agujas de acupuntura de las agujas hipodérmicas?
1. Bueno, el tamaño para empezar. El diámetro de la aguja hipodérmica de uso común para extraer la sangre es de 0,81 mm y para la donación de sangre es entre 1,4 y 1,6 mm. Ahora compara esto con el diámetro de la aguja de acupuntura más utilizada que que es de apenas 0,25 mm. Esto significa que la aguja más comúnmente utilizada en una prueba de sangre es más de tres veces el tamaño de la aguja de acupuntura más común.

Sí, TRES VECES MÁS GRANDE y MÁS ANCHO y MÁS LARGO y da MÁS MIEDO.

En resumen, aparte de ser ambos de metal y tener ambos el extremo un poco puntiagudo, realmente no hay comparación entre estos dos tipos de agujas.


2. Y luego el hecho de que sus funciones son completamente diferentes. La aguja hipodérmica es hueca y hecha para inyectar o extraer sustancias del cuerpo. Se pincha a través de la capa superior de la piel y succiona o sopla con toda la delicadeza de una aspiradora inversa.

Una aguja de acupuntura, sin embargo, es sólida y súper flexible como lo es ninguna de las anteriores. Se le da un toque suavemente y actúa más bien como un remo en la superficie de un lago, hace que las ondas puedan ir de la longitud de la costa. Es más que medicina. Es danza. Es ballet.

Acupuntura es ballet
Así que, teniendo en cuenta todo esto, no debe llamar a una aguja de acupuntura "una aguja" en absoluto; deberíamos llamarlo algo así como un receptor de energía, una sonda de qi o ¿qué tal un conductor de equilibrio? Tal vez entonces la gente dejará de hacer comparaciones mentales con otras agujas y de usar esto entonces como una razón para no venir a la clínica y resolver las causas por las que sus cuerpos sufren.

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